El conjunto arqueológico Dólmenes de Antequera aprovecha la orientación astronómica de sus monumentos megalíticos para conmemorar el inicio de las estaciones en las denominadas Celebraciones del Sol.
Poco después del mediodía del 21 de diciembre, día del solsticio de invierno, un grupo de unas veinte personas nos congregamos en la cámara principal del Dolmen de El Romeral a la espera de un momento mágico. La expectación crece a medida que nuestras retinas se habitúan a la oscuridad. Como viene ocurriendo desde hace milenios, este día y a esta hora, un haz de luz atraviesa el corredor y se refleja en el suelo hasta entrar en la cámara principal. Poco a poco, podemos apreciar un cuadrado de luz en la pared norte del tholos que avanza hasta coincidir con la abertura de la segunda cámara. Este fenómeno de iluminación natural ha servido de inspiración a los responsables del Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera para celebrar el inicio del invierno en una actividad abierta al público. El aforo es limitado por razones obvias, dado el tamaño del recinto, así que conviene hacer la reserva con antelación.
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