Ballena-Jorobada

Eludir la gravedad

 

De pronto aparecen desde el interior del mar atravesando la frontera que separa su mundo del nuestro. Son los mayores animales del planeta, en tamaño y peso, son las ballenas. A veces sienten la necesidad de sentir la gravedad fuera del mar impulsando su enorme masa hacia el exterior en una efímera ida y vuelta tratando de experimentar sensaciones, quizás sólo por el placer de sentir la velocidad en la caída.

Muchos animales comparten el medio acuático y el terrestre. En ambos se sienten unidos al planeta por la fuerza de la gravedad, el peso, pero de forma diferente. Cuando están sumergidos en el agua hay otra fuerza que compensa al peso y les hace sentirse liberados de la atracción hacia el fondo marino. Es la fuerza del empuje que realiza el líquido sobre ellos. Esto les permite desenvolverse libremente a diferencia de lo que sucede fuera del líquido donde su agilidad desaparece. Es el caso de los pinnípedos, como las morsas o leones marinos, cuyos desplazamientos gráciles bajo el agua contrastan con su dificultoso caminar en la superficie.

Ambas fuerzas, peso y empuje, fueron estudiadas por relevantes científicos. Arquímedes en su tratado Sobre los cuerpos flotantes nos dejó el famoso Principio que lleva su nombre en el que relaciona el volumen de los cuerpos sumergidos con la fuerza de empuje a la que se encuentran sometidos. Esta fuerza es la responsable de que floten los cuerpos o de que asciendan los globos más ligeros que el aire ya que éste también es un fluido que ejerce su empuje sobre los cuerpos que estamos inmersos en él. Es la fuerza que mantiene en equilibrio a los animales que viven sumergidos y que tienen la densidad idónea para no caer empujados por su peso hacia las profundidades.

La otra fuerza, peso o fuerza de la gravedad, fue estudiada por los pioneros de la ciencia Galileo y Newton quien estableció la Ley Universal que expresa la atracción que hay entre dos cuerpos cualesquiera y que en el caso de nuestro planeta es la que nos mantiene unidos al mismo, lo que percibimos como nuestro peso y que estos animales sienten cuando abandonan el medio acuático. Animales adaptados a su medio, al igual que las aves al aéreo y que con distintos mecanismos han podido “eludir la gravedad”.

Rafael Enríquez Centella.